El sábado fui con mis amigos Erika y Alejandro a Poda Island, a unos quince minutos de Ao Nang (donde estoy instalada), para pasar la mañana. Alejandro y yo fuimos a comprar una mazorca y un par de mango shakes cuando nos encontramos con unos españoles que habían conocido él y Erika la noche anterior. Habían alquilado un Long Boat y se iban de fiesta a Koh Phi Phi, nos ofrecieron ir; fuimos. El plan que se nos presentaba tan improvisadamente era demasiado llamativo como para negarse. En definitiva, dejamos a Erika en Poda Island después de intentar convencerla de que viniera sin éxito ninguno, y nos subimos en el Long Boat. Me fui casi sin nada ya que lo último que esperaba que pasara ese día era ir a Koh Phi Phi. Me fui con un bikini, un pantalón, una camiseta, mi móvil y la tarjeta de crédito (gracias a Dios que la cogí…).
La aventura fue increíble. Hicimos snorkel y cazamos con arpón, bebimos cerveza y comimos con las manos el big fish que pescó Jorge. Son esos momentos, cuando dejan de importar ciertas cosas como meter todos las manos en el mismo pote de salsa, cuando te sientes realmente vivo.
Lo más increíble de la embarcada, nunca mejor dicho, fue conocerlos a ellos. Nos invitaron a su tour sin conocernos, nos abrieron los brazos y compartieron con nosotros lo que era suyo. Como no podía ser de otra forma, cada uno de ellos me pareció muy especial, gente poco común, gente que no se conoce todos los días. Conociéndolos a ellos me convenzo más de que la vida puede ser de muchas formas, de que puede cambiarte de un día para otro y de que no hay porqué seguir un solo camino.
Ainhoa y Jose viven en Bangkok, Ainhoa siempre tiene una sonrisa que ofrecer al mundo, incluso cuando duerme, aunque tiene más carácter que yo, que ya es decir… Jorge ha montado su empresa Thalassa Tours en Ao Nang y su estilo de vida es envidiable. Él se encargó de todo, no nos faltó nada, nos reservó una habitación y estuvo pendiente de todo y de todos en todo momento. Gracias Jorge. Cristian trabaja conjuntamente con él y se parece a alguien que salió en Gran Hermano, o tal vez era él… Esther me trasmitió haber vivido muy intensamente y su vitalidad es enorme, a pesar de ir al viaje con la rodilla reventada no se perdió ni un baile. Chiquitín (tengo que confesar que fue el único nombre que no aprendí, ya que nadie lo llamo Jaime) me tiene que enseñar Muay Thai, quizás la próxima vez.
Venezuela y Barcelona, como nos llamaban a Alejandro y a mí, ¿y nosotros nos lo queríamos perder? Gracias por esta aventura, gracias por confirmarme que todo es posible. Nice to meet you.