Mi acusada indecisión es causada por mi amplia variedad de intereses. Me gustaría poder vivir varias vidas simultáneamente. Una en la que fuera una hippie en potencia defendiendo a la Tierra contra el cambio climático; otra en la que fuera una artista, arruinada o no, y mi vida se focalizara en crear pintura; una actriz drogadicta de Hollywood; una ejecutiva agresiva, vestida a la ultima moda e irresistiblemente infiel; musica en un grupo de rock; deportista de elite; viajera sin rumbo… Puedo vivir la que quiera, pero no puedo vivirlas todas. No puedo elegir una y eso me agobia y me satura. Mi mente trabaja a 200kw/h buscando la mejor opción, la que más me gusta, la que me llenaría más, la correcta para mí, de la que no me fuera a arrepentir. Finalmente, me agoto y opto por no hacer nada y hacerlo todo, vivir sin decidir. El problema es que si no apuestas por algo y lo das todo, siempre serás mediocre en todo cuanto hagas. Es eso un problema?
Desajustes
Todo va viento en popa. Tu carrera, tus relaciones, tu salud, tus objetivos personales… Y con toda la ilusión te vas de “vacaciones” a España.